Terapia de aceptación y compromiso
La terapia de aceptación y compromiso, a diferencia de las anteriores, no intenta cambiar los síntomas, entendiendo que el sufrimiento forma parte de la experiencia humana, pero cómo nos relacionamos con él es lo que marca la diferencia.
El objetivo será caminar hacia una vida rica y con significado, orientada hacia los valores que nos mueven, independientemente del sufrimiento y el dolor, que como el placer, aparecerá en el camino.
Para ello aprenderemos a centrarnos en el momento presente, a observar nuestros pensamientos de una forma más distanciada y centrada en la utilidad que tienen, a descubrir nuevas formas de posicionarnos en el mundo y respecto a nosotros mismos, a clarificar cuáles son los valores realmente importantes en nuestra vida y a no dejar que el miedo o el sufrimiento nos paralice, y nos impida realizar aquellas cosas que son importantes y dan sentido a nuestra vida.
No se trata de cambiar o esconder un problema que nos hace sufrir, sino de encontrar la sinceridad interna de aceptar qué clase de persona queremos ser, y cómo podemos conseguirlo.
Terapia de aceptación y compromiso
La terapia de aceptación y compromiso, a diferencia de las anteriores, no intenta cambiar los síntomas, entendiendo que el sufrimiento forma parte de la experiencia humana, pero cómo nos relacionamos con él es lo que marca la diferencia.
El objetivo será caminar hacia una vida rica y con significado, orientada hacia los valores que nos mueven, independientemente del sufrimiento y el dolor, que como el placer, aparecerá en el camino.
Para ello aprenderemos a centrarnos en el momento presente, a observar nuestros pensamientos de una forma más distanciada y centrada en la utilidad que tienen, a descubrir nuevas formas de posicionarnos en el mundo y respecto a nosotros mismos, a clarificar cuáles son los valores realmente importantes en nuestra vida y a no dejar que el miedo o el sufrimiento nos paralice, y nos impida realizar aquellas cosas que son importantes y dan sentido a nuestra vida.
No se trata de cambiar o esconder un problema que nos hace sufrir, sino de encontrar la sinceridad interna de aceptar qué clase de persona queremos ser, y cómo podemos conseguirlo.